Cómo aplicar combinaciones cromáticas para proyectos de clase de interiorismo

Hablar de color y combinaciones cromáticas en interiorismo es adentrarse en una de las herramientas más poderosas y emocionantes del diseño. Entender cómo aplicar dichas combinaciones cromáticas no solo es cuestión de estética: define el carácter de un espacio, su funcionalidad y la conexión emocional que establece con quienes lo habitan.

Psicología del color: emociones y funciones

Es bien sabido por todos que cada color genera una reacción emocional. Por ejemplo, el verde transmite sensación de frescor o el rojo activa. Por eso es clave, en espacios interiores, decidir el propósito del ambiente. Un estudio suele necesitar concentración; una sala de estar, relajación; o en una tienda, estímulo visual.

La psicología del color explora cómo los colores afectan el comportamiento humano y la percepción del espacio. Estudios como el de Kaya y Epps (2004), titulado «Relationship Between Color and Emotion: A Study of College Students» demuestran que los colores cálidos como el rojo y el naranja están asociados con emociones de excitación, energía y pasión, mientras que los colores fríos como el azul y el verde están relacionados con sensaciones de calma, frescura y serenidad.

Además, en el artículo profesional «Color Psychology and Its Effect on Human Behavior» de la revista Current Psychology, se explica cómo la percepción del color puede variar según la cultura, pero en general influye directamente en la toma de decisiones, el rendimiento cognitivo y la experiencia sensorial dentro de los espacios habitados.

Aplicado al diseño de interiores, esto implica que elegir una paleta de color no solo tiene un impacto visual, sino emocional y funcional. Por ejemplo, el uso de tonos azules en oficinas fomenta la concentración o el amarillo la creatividad.

Entender estos efectos te permitirá como estudiante diseñar espacios más eficaces y emocionalmente resonantes.

La combinación monocromática: un punto de partida seguro

Muchos estudiantes comienzan sus proyectos con esquemas monocromáticos. La armonía más utilizada cuando no se tiene dominio de color es la combinación monocromática, ya que es la más fácil y funciona siempre. Sin embargo, puede llegar a ser aburrida.

Esta combinación es eficaz, pero limitada si buscas expresividad. Ideal para ambientes minimalistas, sofisticados o para destacar texturas.

Explorar el círculo cromático

Una vez superado el miedo inicial, llega el momento de explorar. Abriendo un poco el abanico del círculo cromático hay combinaciones mucho más enriquecidas y que funcionan también muy bien.

Aquí te muestro un desglose global de las combinaciones cromáticas más utilizadas. Se dividen en dos grandes grupos: armonías y contrastes.

Armonías cromáticas

1. Monocromático: Utiliza un solo color en diferentes mezclado únicamente con blanco o con negro. Proporciona uniformidad y serenidad, pero como te he comentado en el apartado anterior, puede llegar a ser un poco aburrido.

Ejemplo: el apartamento en blanco roto y beig del arquitecto John Pawson.

Contrastes cromáticos

5. Complementarios: Puedes coger cualquier color del círculo cromático y a continuación el que esté colocado totalmente en frente. Siempre van a combinar, eso sí, con un efecto vibrante.

Ejemplo: El espacio diseñado por Tomás Alía para la famosa cadena de hoteles Room Mate, que contrasta los colores morado azulado con su opuesto, el amarillo dorado.

6. Contraste primario: Usa colores primarios (magenta, cyan, amarillo) en conjunto. Es potente, enérgico y arriesgado.

Aquí te recomiendo que los trabajes en una proporción de 60 – 30 – 10, es decir, que uno de los tres primarios lo apliques en una cantidad de un 60% aproximadamente, otro de los colores un 30% y del que queda, utilizarlo en pequeños toques.

Ejemplo: el diseño de interiores del Centre Pompidou en París.

7. Contraste de temperatura: Combinación de colores cálidos (rojos, naranjas, amarillos) y fríos (azules, verdes, morados). Aporta dinamismo.

Ejemplo: el juego entre azules/verdes y amarillos/naranjas/rojos de esta imagen generada con IA.

Cada uno de estos esquemas cromáticos tiene su lógica, su impacto y su utilidad según el tipo de proyecto que se aborde. Elegir correctamente requiere práctica, intuición y una buena dosis de observación.

Aplicación práctica en proyectos de clase

Al desarrollar un proyecto de clase o tu proyecto final (TFG o PFC), la elección de la paleta cromática no debe ser un adorno posterior. Ha de formar parte del concepto desde el inicio.

En tus planos, renders, moodboards y maquetas, el color debe hablar el mismo idioma que tu idea. Te recomiendo experimentar con el color, atrévete, porque es una herramienta básica para un buen interiorista.

Herramientas imprescindibles: la pantonera

Dominar el color no es solo teórico. Requiere práctica y herramientas. La pantonera es un recurso fundamental. Permite ver cómo se comporta un color en diferentes materiales y condiciones de luz. Yo no sé visitar a un cliente sin llevar mi pantonera.

Te permite justificar y ajustar tus elecciones con criterio profesional.

Paletas inspiradoras: la importancia de observar

Observar la naturaleza, el arte, la moda y el diseño gráfico alimenta tu ojo cromático. Crear una biblioteca visual de color con recortes, fotografías y combinaciones que te llamen la atención afina tu criterio.

Investiga libros especializados (te dejo varios en la bibliografía del final) o explora redes como Pinterest y TikTok, donde el color está en constante experimentación.

Consejos finales para estudiantes de interiorismo

1. Experimenta sin miedo: el error también enseña.
2. Justifica tus decisiones: no uses un color solo porque «te gusta». Indica la gama cromática elegida y con qué intención.
3. Consulta referencias profesionales: analiza espacios reales. Cuando visites ferias del sector o espacios que te llamen la atención analiza qué colores han empleado en el diseño. Todo es un aprendizaje, hasta lo que está mal, para no incluirlo en tus proyectos.
4. Integra el color desde el concepto: no lo dejes para el final.
5. Refleja tu personalidad: el color también comunica tu estilo como diseñador.

Aprender a trabajar con el color es un viaje apasionante. No te conformes con lo seguro. Explora, equivócate, descubre. Porque el color no solo llena espacios: les da vida.